POR LAS QUE FUIMOS Y LAS QUE SEREMOS ¡Libres, vivas y sin miedo!

¡Ser mujer definitivamente no es fácil! Y es que a pesar de que hemos tenido el valor de llevar la batuta de la familia y de la sociedad durante toda historia sin excepción, aún en pleno siglo XXI seguimos buscando un lugar que no se nos da en plena libertad. La lucha pública por el reconocimiento de nuestros derechos lleva algo más de un siglo desde las primeras marchas en 1857 para exigir igualdad salarial con sus compañeros. Después hubo más manifestaciones en 1909 y 1910. Pero en 1911 un terrible incendio consumió en pocos minutos 3 pisos del edificio Asch, en el Greenwich Villaje de Nueva York de   una fábrica de blusas moradas, en donde trabajan unas 500 personas casi todas jóvenes inmigrantes. El incendio cobro la vida 129 personas entre ellas 123 mujeres y fue un triste punto de partida y de avance para las regulaciones de seguridad en el trabajo y el reconocimiento de los derechos de la mujer. Pero hoy en día las estadísticas no dejan de mostrar cifras escabrosas y preocupantes. La violencia en contra de la mujer esta visibilizada en, violencia sexual y trata de personas, la pobreza y la falta de acceso a la educación afecta mucho mas a la población femenina. Aun es mas aterrador saber que aun se practica la mutilación femenina y que todavía hay niñas obligadas a contraer matrimonios. Y eso sin hablar de los índices de feminicidio, que son realmente aterradores. Todos los días mueren mujeres asesinadas en condiciones grotescas a manos de sus compañeros sentimentales ó de los que algún día tuvieron alguna relación con ellas. Y eso realmente no tiene sentido.

Y es que absolutamente todas terminamos  haciendo parte de las estadísticas, de una u otra forma hemos sido agredidas por el simple hecho de ser mujer, en la calle, en el transporte público, a la hora de buscar empleo, en manos de nuestras parejas sentimentales, de nuestros hijos,  incluso de nuestra propia familia, entre muchos otros escenarios, y lo mas preocupante, se nos volvió normal, hace parte de nuestro diario vivir que nos vulneren, que nos agredan y que nos hagan sentir mal y a lo mejor eso ha llevado a que las cosas estén tan salidas tan control. El día de la mujer debe ser todos los días de nuestra vida, por que cada mañana al vernos al espejo debemos reconocernos como los grandes seres humanos que somos, lo valientes, lo sabias, lo generosas, lo guerreras y lo grandiosas que podemos llegar a ser. Teniendo la claridad de saber poner limites a la primera bandera roja que me muestre violencia, teniendo el valor de huir de donde no quiero estar, amando mi cuerpo y mi corazón con cada una de mis marcas y mis heridas de guerra. Teniendo claro que antes de ser madre, hija, pareja, profesional, soy mujer y me quiero ¡VIVA, LIBRE Y SIN MIEDO!

 

¡RECUERDA, QUERERTE A TI MISMA, HACE VERDADERAS REVOLUCIONES!

 

Gloria Noreña