El llamado silencioso

Gloria Patricia Noreña y David Julián Puerto Castillo

“El llamado silencioso: comprender la depresión para volver a brillar; el alma pide pausa”

Casi nunca llega con estruendo. Realmente llega sin avisar.

A parte de toda la teoría y los muchos expertos que existen en la materia, empíricos, estudiosos… he tenido la fortuna de convivir con alguien que sufre el flagelo de la depresión, lo cual me ha abierto un camino de posibilidades y expectativas que jamás había entendido antes.

En un acto de amor puro, comprendí que la compañía y ser empático con quien amas y aun con quien no conoces, es algo grandioso. En mi caso, el tener una persona con depresión, que, ya ha aprendido a darle manejo a sus altibajos emocionales, realmente ha sido una fuente inagotable de energía, ganas de florecer, de aportar, de vivir, de amar sin condiciones; de salir avante cada vez que las cosas se ponen difíciles.

El amor

Compartir con alguien que ha sido diagnosticado con depresión, puede ser como encontrar la verdadera llave hacia un camino de transformación, en donde el efecto de la gratitud se hace cada vez mas fuerte y te permite ser un vehículo catalizador de agradecimiento y consciencia. Sin olvidar que, aunque en momentos puedan existir sentimientos de incertidumbre, impotencia y preocupación al ver esos bajones emocionales de aquella persona que amas, acompañar la depresión es una experiencia que ha sido en lo personal como encontrar el santo grial. Me ha mostrado la vida desde una óptica mas amplia, en donde la soledad cobra total vigencia, el amor florece y la gratitud vuela. Ahora pienso que las personas con depresión son personas muy bonitas y dispuestas a enseñar. Es un camino de éxito para alcanzar la verdadera Gloria.

La depresión suele entrar de puntillas, disfrazada de cansancio, poco interés, desorientación, frio o una tristeza que parece no tener motivo. Esta enfermedad es un visitante silencioso que acciona el interruptor para apagar la luz de los días y nos hace perder y olvidar el camino de regreso a nosotros mismos.

A pesar de la oscuridad, la depresión también trae un mensaje: es el alma pidiendo atención, cuidado y una nueva forma de vivirnos.

La gran noticia es que aquí no empieza el fin; aquí es el inicio de una verdadera pausa profunda… es una invitación a mirar dentro de nosotros mismos para sanar y reconstruir. Finalmente, es el punto de partida para volver a brillar.

Dicen que en una ciudad vivía una mujer que siempre sonreía. Saludaba a todos, ayudaba en lo que podía y jamás decía que estaba cansada.

Una tarde, mientras regaba sus plantas, sintió que algo dentro de ella se apagaba. No era una tristeza pasajera, era como si su luz se hubiese cubierto de nubes densas.

A pesar de su confusión y su rostro perdido, en ese momento nadie lo notó… la única que se dio cuenta, fue ella misma. Fue entonces cuando entendió que la depresión no siempre habla, no siempre grita; a veces, susurra y no se ve realmente.

 

¿Qué es realmente la depresión?

La depresión no es solo “estar triste”. Es un estado emocional y físico donde la energía, la motivación y el sentido parecen desvanecerse. Es un momento de oscuridad que somete y pesa demasiado, un momento de eterna soledad y vacío interior, que en el algunos casos se manifiesta con incomodidad física.

Se caracteriza por hacer sentir un peso invisible que roba el color a lo cotidiano y que, si no se atiende, puede afectar todas las áreas de la vida.

Detonantes más comunes de la depresión

Aunque cada persona es diferente, algunos factores comunes encienden la sombra emocional:

  • Pérdidas significativas – la muerte de un ser querido, una ruptura, la pérdida de un empleo.
  • Estrés prolongado – cargas laborales, económicas o familiares sin descanso.
  • Aislamiento social – desconexión emocional de amigos, familia o comunidad.
  • Expectativas no cumplidas – cuando la vida no ocurre como se había planeado.
  • Factores biológicos – cambios hormonales, predisposición genética, problemas de salud.

 

Algunas señales de alerta

  • Fatiga constante sin razón aparente.
  • Pérdida de interés en lo que antes generaba alegría.
  • Cambios en el sueño
  • Pérdida de apetito.
  • Pensamientos de desesperanza
  • Sentimiento de culpa excesiva.

A pesar de que la depresión ha sido catalogada los últimos años como una enfermedad, la depresión no es como tal una debilidad, es un llamado interno a cuidar de ti. Escucharla y atenderla es un acto de amor propio y valentía.

 

Algunas herramientas para afrontarla

Debo aclarar que estos tips o herramientas, no sustituyen la ayuda de un profesional, pero pueden acompañar el proceso.

 

1 – Hablarlo: con un terapeuta, coach, amigo de confianza o grupo de apoyo.

2 – Rutinas suaves: pequeñas acciones diarias que mantengan conexión con la vida.

3 – Movimiento: caminar, estirarte, bailar… el cuerpo también necesita liberar.

4 – Tiempo en la naturaleza: el aire fresco y el sol son aliados del bienestar.

5 – Escritura terapéutica: poner en palabras lo que sientes para aliviar el peso interno.

En el coaching ontológico y con “Yo Soy Gloria Patricia”, entendemos que la depresión no es el final, sino un aviso de que el lenguaje con el que nos hablamos a nosotros mismos necesita transformarse. Es importante cambiar nuestras conversaciones internas, reconocer nuestras emociones y permitirnos pedir ayuda es el inicio del regreso hacia nuestra luz.

Yo pienso que a veces la vida nos detiene, no para castigarnos, sino para recordarnos que todavía hay mucha luz esperándonos.

Entender que la vida es bella, es un motivo importante para salir adelante y encontrar el camino. Entender que la mayoría de veces no podemos triunfar solos y que lo verdaderamente valioso en la vida es ser para poder hacer, nos prepara para recibir lo mejor y de la vida.

 

David Julián Puerto Castillo

8 de agosto de 2025