A VECES REINAS Y A VECES RENDIDAS… ¡Pero siempre valiosas!

A VECES REINAS Y A VECES RENDIDAS… ¡Pero siempre valiosas!

Corre tan rápido como puedas, corre que solo así puedes escapar, corre y siente el viento, corre tan rápido como puedas y no mires atrás, solamente corre y nada más….

¿Cuántas veces no hemos querido salir corriendo y dejar todo atrás?

Olvidarse tan solo por instante de que el mundo existe, la presión económica, el estrés del trabajo, los problemas cotidianos, la familia, los hijos y todo lo demás. Es que por que no sentirse exhausta de ser mamá tiempo completo y disponibilidad total, o cansarse del trabajo, los oficios, la casa, la rutina, los compromisos, hasta de la vida.

Hoy quiero recordar que antes de ser madres, esposas, empleadas, somos mujeres y somos seres humanos y que, aunque parece que la sociedad nos ha obligado a olvidarnos de algo tan elemental, es bueno recordar que aunque la maternidad nos acompañará durante toda nuestra vida, también es bueno recordar que los hijos crecen y las condiciones van cambiando. A VECES REINAS Y A VECES RENDIDAS… ¡Pero siempre valiosas!

Con los años, ellos van construyendo su propia vida y nuestro papel como padres va cambiando de forma, en tiempos y quehaceres, y aunque es, maravilloso verlos crecer y admirar su transformación día tras día, también es inevitable sentir el vacío que deja verlos partir y sentir que ya no eres tan indispensable en su vida.

No podemos mentirnos, los hijos son prestados y cada vez por menos tiempo. ¿Entonces porque tenemos que olvidar que somos mujeres y que tenemos una vida paralela a la maternidad? y que la realización como mujeres no tiene nada que ver con la decisión de tener o no tener hijos.

Para amar hay que amarse con locura en primera instancia y dejar de sentir que a veces nos sentimos aturdidas y heridas. Es un maravilloso acto de amor propio con nosotras mismas recordar que somos valiosas y merecemos ser felices en todas sus formas.

Aceptar y entender que somos almas independientes con procesos y aprendizajes diferentes, nos permite llevar vidas más tranquilas y felices. Permitirnos sentir es un acto de valentía, darnos la oportunidad de amar y de que nos amen, reconociéndonos como mujeres, en nuestra sensibilidad, en nuestra sensualidad, en lo que somos en nuestra escencia y nuestra humanidad nos permite crecer espiritual y emocionalmente.

Como mujeres también tenemos derecho a sentirnos con unas ganas locas de salir corriendo y no pasa nada, es absolutamente válido, tan válido como pedir a gritos un relevo, dedicarnos un poco de tiempo a nosotras mismas, visitar el restaurante que nos gusta, sacar un rato para compartir con los amigos, en fin, tomar un poco de aire, sonreír y recordar que la vida se compone de pequeños momentos bellos.

¡Hay que dejar que las emociones hagan su trabajo en nuestro ser, al final ellas son temporales y nosotras seremos reinas para siempre, porque a veces Reinas, otras rendidas, pero siempre, muy valiosas!

¡Esto no lo podemos olvidar!

A VECES REINAS Y A VECES RENDIDAS… ¡Pero siempre valiosas!

Gloria Noreña